viernes, 31 de diciembre de 2010

Sombras

El televisor proyecta luz contra mi pierna, que forma sombras chinescas en la pared.

No son palomas ni conejos, esas formas.

Son un revólver, un gatillo, el triángulo de las Bermudas con algunos portaviones hundidos en una época que escapa a los recuerdos propios y ajenos, el ladrido de un perro, un órgano que suena en el fondo del mar, una mujer que pereció hace algunos siglos, pero que aún no se descompone (canonizada sería si la encontrara el cura de la única parroquia que se sostiene sobre pilotes en el riachuelo), un gasoducto que cruza el desierto y varias fronteras. Tres guerras, algunas epidemias y solo un tiempo de paz.

Sombras chinescas. Pared. Mi pierna. La luz proyectada y la vaca, que nunca estuvo ahí.

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