La periferia me agobia, avanza, me quiere traspasar, meterse por mis poros, intenta que forme parte de ella. Quiero resistirme, pero si por lo menos hubiera anotado la ubicación de la cárcel, para volver a ella. Si por lo menos el bosque me digiriera.
Camino otra vez, otro rumbo, sin bosques y sin cárceles, creo, aparece delante mio. No cargo mochilas. Mentira, si cargo una, porque la bestia viene conmigo.
Diciembre se va fértil, como febrero se fue estéril.
No hay comentarios.:
Publicar un comentario