jueves, 19 de noviembre de 2009

Incendio

El bosque se prende fuego, justo cuando estoy levantando el equipaje, justo cuando he decidido partir.

Los troncos de los árboles caen detras mío, incendiados, incendiarios. Las hojas se dejan trepar por las llamas y rápidamente abrazan mis talones, queriendo comer mis piernas, derretirme la piel, intentando que perezca dentro de la atmósfera viciada de una vida que fue, pero que ya no es.

He decidido partir, el equipaje que cargo no va en valijas, solo en mi alma.

Delante mío otros bosques se abren, aún oscuros e inciertos, pero invitantemente tentadores.

Respiro, camino, no veo hacia atrás

lunes, 9 de noviembre de 2009

Piel

Perdí la piel, la cambié.

Estuve un tiempo arrastrándome, como cualquier serpiente, entre las ramas caídas, sobre el pasto mojado, sobre el barro frío, en el suelo del bosque húmedo, oscuro, pero tan mío.

Me escondí detrás de los árboles, derrapé en cuevas profundas, me encerré en agujeros que no lo eran tanto. No quise mostrarme, creo que por la verguenza que me daba el saberme desnuda, sin piel.

El bosque me muestra una salida, veo otros bosques más allá, desconocidos, tentadores... Respiro, pienso un momento y me miro a mi misma: mi nueva piel ya no me camufla en este ambiente... Creo que es hora de partir.