jueves, 10 de marzo de 2011

Muere lo que acontece

Todo agoniza, se desangran las sábanas y el cubrecama, se desmembran las paredes y las grietas del piso, que multiplicadas obsena y pornográficamente desnudan los infiernos de los que viven en el departamento de abajo. Su dolor me es indiferente, pero lo reconozco tan terrible como el de mi periferia, tan salvaje como el que el que me augura la bestia. Ella me conoce, sabe de mi ansiedad. Por eso no brinda seguridades, por eso disfruta viéndome anticipar el dolor.

Las ventanas de la cuadra me gritan muertes, me las gritan en la cara, las gritaron toda la noche, yo igual seguí durmiendo, aunque el olor a abismo me llagara la piel y esta mañana no tuviera ünguentos frescos para calmar el ardor.

La bestia llegó ayer. El cancerbero la trajo, vinieron navegando las cloacas del mundo. Ahora habita mis fluidos, pero sé que pronto se instalará en el espejo del baño.

No hay comentarios.: