Me acaban de decir, de escribir, que pensar es una maldición.
Concuerdo hasta la locura con ello.
A veces me pregunto porque no habré nacido lavarropas. A veces me juzgo por no haberme ocupado, durante el tiempo ya vivido, de construir un pensamiento lineal, sin caminos alternativos.
A veces me pregunto porque no me atuve a ciertos dogmas, porque no adherí a ciertas doctrinas.
Es mucho más fácil digerir el mundo cuando ya viene masticado.
Escribo esto y sé que no tiene sentido juzgar lo que no pasó, soñar con lo que pudo haber sido, porque de qué sirve construir realidades con los fragmentos del vaso roto del pasado.
1 comentario:
De acuerdo.
Publicar un comentario