miércoles, 29 de abril de 2009

A la deriva

Vivir a la deriva, pareciera ser éste el motivo intrínseco de mi existencia, pareciera ser ésta la verdad enquistada en mi alma... Y, cuando por fin parece que voy a echar las anclas, algo adentro mío se las ingenia para que esto no suceda. O la vida, que al final se muestra condescendiente conmigo, levanta mis velas y revoluciona los vientos. Sé que si decidiera ser honesta y enfrentar esta realidad debería cambiar mi trabajo por alguno más fiel a mi naturaleza.

He elaborado, luego de hacer una cuidadosa evaluación de las opciones, en una noche lluviosa, dominada una vez más por el insomnio y la introspección, la siguiente lista de trabajos que debería perseguir:

  1. Pirata (no voy a ocultar mi pasión por las películas de Errol Flynn)
  2. Mosquetero
  3. Trapecista en un circo ruso
  4. Robin Hood
  5. Viajero errante
  6. Tom Sawyer (marcó mi infancia, tampoco lo puedo evitar)
  7. Mercader
  8. Inspector Poirot
  9. Piloto de DHL

Et tout le reste est littérature, et colère.

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