martes, 30 de noviembre de 2010

Escucho

Una puerta se abre, despacio, puede ser que sea de madera.

Quizá sea solo el sonido del viento, pero la escucho, yo. Quizá la puerta exista en el departamento de al lado, quizá exista en el jardín y allí cruja, allí rechinen sus bisagras.

¿y si la puerta está en mi comedor?

Cercana, la puerta.

En mis oídos, la puerta.

Son las tres de la mañana, tengo sueño, tengo miedo.

Tres es múltiplo de nueve, pero no de nueve y un poquito.

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