miércoles, 9 de noviembre de 2011

Geografía

Se estampa en la geografía de mi cuerpo el mapa completo de arcanos menores y mayores, de dioses y de otros seres que encontraron la puerta por la que migrar dimensiones. Parpadeo y como si un proyector pasara diapositivas contra la noche azul veo, punteada, la figura de Orión, aún con arco y flecha, aún con su actitud guerrera, pero sabiendo que no escapará jamás de la persecución del escorpión, que no contento con haberlo matado en la tierra, perpetra su hostigamiento en la bóveda celeste.


Al lado mío yace la bestia. Su lengua me envuelve, su saliva me abraza. Ni cielo, ni mito ni héroes se reflejan en sus pupilas como sí lo hacen en las mías. Solo yo soy su geografía.

Los cuervos nos miran, de a cientos, esparcidos por campos, árboles y alambrados. Quisieran picotear mi piel y mis vísceras y también la piel y las vísceras de la bestia. Sonrío. Pienso, dibujo y fuerzo una constelación para nosotros en el cielo.

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