lunes, 4 de octubre de 2010

Lado A

Volví a recomponerme, después de tanto tiempo con los órganos hacia afuera y la piel hacia adentro, después de un tiempo experimentando cada susurro mundano y cada pena colectiva en mis vísceras expuestas, todo parece haber vuelto a la normalidad.

Nuevamente, desconozco en qué momento ocurrió. El proceso... no lo sentí.

Hoy amanecí y era la serigrafía número 567/21.375 del ser humano que alguna vez habitó en bosques.

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