martes, 2 de junio de 2009

Fascinación acrónica en la plaza de la resistencia

















Memoria de hace un rato.
La plaza estaba vacía, había llovido. El cielo, gris, y las moles, habitadas, no emitían sonido, pero reservaban un espacio, sin saberlo, o quizá sí, pero en las profundidades de su inconsciente, para mi imaginación que, hiperactiva, hurgaba señales en las ventanas, deseosa de contruir sus historias, reinventarlas... y se angustiaba al mismo tiempo; es que la información era demasiada.

Memoría de hace cincuenta años. Hubiera querido acostarme en el medio del rectángulo de cemento que sirve de plaza, donde alguna vez hubo una masacre, o varias. Hubiera querido apretar los ojos fuertes, concentrarme y escuchar los sonidos del pasado, los corazones ardiendo, sentir el dolor de los que lucharon por un ideal. Quería entender por qué, donde alguna vez hubo pasión, ahora sólo hay silencio... Ni el eco ha sobrevivido en el lugar donde Cuauhtémoc resistió, en el lugar donde los estudiantes del 68 resistieron, en el lugar donde hoy sólo quedan las moles de cemento. Las voces del pasado ya han emprendido la retirada.

3 comentarios:

Ixta dijo...

Ele, quiero presentarte a mis padres... te va a gustar escuchar su historia. Tal vez porque sean mis padres, pero me llenan de orgullo (y a la vez de una profunda nostalgia, claro) y no tanto por la matanza del 68, sino por todo lo que hicieron para luchar por sus ideales y la pasión que tuvieron para hacerlo. Fueron parte de algo importante que definitivamente fue un parteaguas en la historia de Mexico. Si! soy una hija orgullosa :)

Anónimo dijo...

Soy Horace, Ele. Excelente reflexión. Y qué pluma, amiga.
Un beso

Juan Valdez dijo...

Ele, las voces del pasado no han emprendido su retirada... no si no las dejamos irse. El canto devaluado y prostituido que reza "2 de octubre no se olvida" sigue en la mente de muchos de nosotros, aunque no salgamos a proclamarlo a las calles. Nuestros padres fueron sorprendidos en cafés y comercios esa tarde, y recuerdan con vergüenza lo ocurrido. El 2 de octubre no se nos debe olvidar, como no se deben olvidar las madres de la plaza de mayo, porque el día que lo hagamos, se repetirá.