lunes, 16 de marzo de 2009

Vacuidad

Lunes. Estoy vacía. No tengo órganos, solo piel y huesos. Vacía.

Si intentara arrojarme al suelo con furia para estallar en mil pedazos, solo haría un ruido seco, porque adentro no hay nada.

¿Ni siquiera sangre? Ni siquiera sangre. Solo el caparazón fosilisado que protege la nada. Noble tarea, sin embargo, la de proteger la nada. Así es, aunque dejame que lo dude un ratito ¿noble? ¿te parece? quizá sea algo imbécil. Entonces ¿no habrá ríos de sangre bordó cuando estalles? No, y además ¿quién te dijo que mi sangre era bordó? digo era, porque ya no hay nada adentro. La sangre de todos es bordó. Eso no es cierto, yo una vez conocí a alguien que tenía sangre color gelatina. Gelatina no es un color. Para mi sí lo es. Bueno. Sí, bueno, igual solo te quiero decir, para terminar, que no va a haber ríos de sangre. Eso ya me lo habías dicho. Solo habrá ríos de nada. Ríos de nada.

2 comentarios:

Juan Valdez dijo...

Demasiado Sartre en tus palabras, demasiada náusea. Demasiada noche en tu vida. En mí tendrás alguien que te seguirá de cerca, pues quizá coincidimos en otra vida, en otra oscuridad.

Elechili dijo...

Tu foto me resulta conocida y tu nombre, caficultor, también. Es verdad, quizá fue otra la oscuridad que vio pasar nuestras almas.