miércoles, 29 de septiembre de 2010

La noche en que envejecimos

La lluvia no deja de caer. Cayó toda la noche y no se detiene (parece que nunca lo hará), dicen que es por la tormenta tropical, pero yo sé que no, yo se sé que esta lluvia tiene motivos, no escondidos, sino que más bien son evidentes.

Esta lluvia viene a madurarnos. La escucho caer desde la ventana de mi habitación, al principio en un estado de somnolencia, pero ahora despierta y sé, creo saber qué es lo que intenta.

Constante, sin detener el ritmo, moja mi cuadra, las palmeras, los autos, los containers de basura, las lagartijas, el semáforo de la esquina, su rojo, su amarillo y su verde, las veredas y las casas, las ventanas y los techos, los pasos que transitaron esta calle hoy y quizá los que lo hicieron la semana pasada, moja las veredas y los cordones (los vírgenes y los que fueron pintados de amarillo ¿o es al revés?) moja los colores, los olores y las visiones de presente y de futuro.

Moja mi cuadra y toda la manzana y la manzana de al lado y también el mar y entonces pienso que es una lluvia arrogante, venir a mojar el mar, si nació mojado, pero entonces recuerdo sus intenciones. Quiere envejecernos. Simultáneamente a todos, a todo.

Después de su laborioso quehacer nocturno, de su intervención, tengo la certeza de que todo amanecerá arrugado. Las casas, los techos, las ventanas, los semáforos, sus rojos, amarillos y verdes, los pasos, las lagartijas, el mar, los autos, los cordones y las señales de tránsito. Mi cuadra y la de al lado. Arrugado.



5 comentarios:

MotA dijo...

he conocido una plaza algo alejada, con su hojarasca dispuesta de tal modo que podría sospecharse alguna voluntad de negritud ordenada, que a cada quien que se atreviera a transitarla le proponía la implacable maldición de volver a jugar jamás en su vida, dicha plaza existía no para envejecer todo, sino que para quitarle a todos el juego...

Elechili dijo...

Me seca por dentro, sólo el saber que existe ese lugar. ¿Dónde está esa plaza? Quiero borrarla de mi cartografía y mis mapas (y qué se me perdone la intolerancia, pero que no me roben el juego, ni la risa)

MotA dijo...

Es una plaza que está en las cartografías de las gentes todas, pero se encuentra en cada mapa en un lugar distinto, los caminos, las calles y los pasajes que conducen a ella son para cada quien diferentes, aunque sí es posible decir que son igualmente tortuosos, obscuros y atormentados ellos. Por tal irreversible motivo es imposible para mí señalar su ubicación porque sólo la conozco en mis mapas, y el intento de llegar a ella, aún para borrarla, por mapas ajenos convierte a dicha aventura en un laberinto como el de aquellos reyes...

Elechili dijo...

¿Y si te doy un hilo, Teseo? Podés andar el laberinto y desandarlo sin perderte. Quizá esa plaza, que está en todas las cartografías, y por tanto en ubicaciones diferentes, lo que busca, como el Minotauro de Borbes, es un Teseo que la redima.

MotA dijo...

Bellas palabras las suyas. Para ella... un Teseo que la redima, que la redima de imponerles y de imponerse un sinjuego aturdidor... quizás entonces ella me espera tanto como yo a ella, redimirmeredimiéndolaredimirnos... quiero el hilo...
Teseo