jueves, 11 de marzo de 2010

Cárcel

He vagado sin norte, que supongo que es lo mismo que decir que he vagado sin brújula. Febrero se fue seco y estéril. Sin fecundar, el semen nunca regó sus campos.

La ausencia la debo a la cárcel en la que me encuentro. No logro darme cuenta en que momento, luego de abandonar el bosque, caí en esta jaula.

Buscaba otros bosques, es cierto, pero encontré esta prisión. Ayer fui conciente de mi cautiverio. Mi cuerpo dio la señal. Mis órganos comenzaron a llorar pútrida miel, savia añeja.

Este es mi primer reporte conciente desde este lugar, mientras, busco comprender su geografía para encontrar una salida.

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