jueves, 22 de enero de 2009

21 de enero - No fue la luna, estoy casi segura.

Primero la reacción positiva y después la frustración. El día no empezaba bien. Ya estaba triste y eran solo las 9 de la mañana.

Después esa necesidad del golpe con la realidad y de querer que la realidad me golpee, la provocación... El gritarle a la realidad en la cara, con esa fuerza que se esconde en lo más hondo de la garganta, en el estómago quizá, en el vientre afirmaría con certeza: PUTA. Y la satisfacción de volver a gritarle otra vez más: PUTA. Y en la pronunciación de cada letra, las gotas de saliva que salen de la boca.

Y después el llanto, el llanto pospueto, pospuesto después de un año en el que las lágrimas sí fueron necesarias, pero por alguna razón decidieron esquivar mis ojos y condensarse en mi garganta.

Algunas voces llegaron desde lejos, otras desde muy cerca, pero en tal caso, las primeras especialmente (tan hermosas como las segundas) me confirmaron una vez más, que la distancia es solo un estado mental. Luego un breve estado de tranquilidad. Decisiones a tomar, por una mente que pide a gritos parar de pensar. Un día, aunque sea.

Una noche fría, un orgasmo único, pero solitario, una cena mexicana, algunos orgasmos más, también solitarios...Y el deseo interno de sufrir una lobotomía por la noche.

5:30 AM. No hubo lobotomía, sólo fantasmas que fueron y vinieron en una noche fría, sin luna llena.

2 comentarios:

Ixta dijo...

Ele, ya tenia rato que no escribías, y me da gusto que lo hayas hecho ayer precisamente. Te confieso que entre más te leo más curiosidad me das... no sólo como amiga sino como ser humano y me mueves, me motivas... eres realmente una inspiración. Gracias por ayer! Te quiero mucho nena.

Javier dijo...

probaste con mate frio a la mañana .... el agua de los orejones dice que tambien hace bien ....

beso, te quiero

javier