martes, 27 de abril de 2010

4:30 AM

Entre las cosas que me han comenzado a suceder, ahora que vivo del reverso (órganos hacia afuera, piel hacia adentro) hay una que particularmente me llama la atención, no porque implique un gran cambio, todo lo contrario, se trata de una mínima, aunque caprichosa, modificación de los hábitos: he dejado de desvelarme a las 3:30 AM. Quisiera decir que fue a causa de alguna alteración biológica que mi despertar de madrugada se retrasara una hora; aún no puedo afirmarlo.

Sí, he descubierto que despertarse a las 4:30 AM conlleva ventajas que no tiene hacerlo una hora antes: los sueños, soñados justo antes del despertar, contienen información reveladora; estos sueños son recordados.

Hoy sé que en el lugar geográfico donde se cierra el círculo solar solo hay un limón seco, no un árbol como muchos creían.

Son 5:13 AM, espero poder dormirme otra vez. No espero, en esta ocasión, un sueño develador.

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