martes, 19 de enero de 2010

Anatomía 1. Desfragmentación del ser con preservación cerebral

El domingo me dejó el cuerpo roto, pero el cerebro intacto.

Hago el recuento de los vestigios de mi que, fragmentados, mi alma acarreó a través de los días.

¿Los fragmentos? Sí, son muchos, pero no tantos como los pecados de los jueves por la madrugada.

Estimo, concluyo: soy decenas, quizá no más de dos, desparramadas entre las sábanas.

Suspiro -con envidiable dicción-: ¡heme aquí!

Pienso: las horas se consumen, el dolor de mis partes es el testigo y mi cerebro su mecanógrafo.

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