sábado, 26 de septiembre de 2009

Fluidos

Mis dedos se niegan a eyacular palabras.

Mi garganta se anuda con cientos de textos que no pueden ver la luz, pero produce, en cambio, un reflujo con sabor amargo que se convierte en una masa densa que se pudre adentro mío y, ni aunque entierre los dedos en la profundidad de mi boca, va a dejarse vomitar sobre las hojas.

Mis ojos ya no lloran letras.

Solo párrafos cortos y truncos, como abortos, eligen, deformes, poblar espacios efímeros como este.

viernes, 25 de septiembre de 2009

A mí

Vienen a mi las imágenes de una vida que no sé si existió. Llegan por millones.

No sé si sueño o sólo es una vigilia ilusoria la que me envuelve en el bosque.

Hace días que estoy tendida en el pasto espeso. El rocío me envuelve, pero extrañamente no me humedece ni me enfría.

Mi piel se mantiene templada, cálida ¿será el efecto del líquido aminiótico?

No entra la luz. Los árboles densamente fronodosos, no la dejan pasar. Sin embargo todo es tan claro y brillante acá adentro.

jueves, 24 de septiembre de 2009

Internada

Perdida en el bosque aún no puedo salir, el recuerdo de otra vida me atrapó. Respiro sus días y sus noches, te respiro a vos.

Busco entre mis fantasmas alguno que se te parezca. Aún no tengo suerte, no te encuentro.

No me apuro, es que el líquido aminiótico acá dentro es tan placentero que no sé si algún día pueda obligarme a escapar.

Afuera del bosque la vida pasa. Lo sé. Nadie me lo ha dicho, pero yo lo sé.

lunes, 21 de septiembre de 2009

En el bosque

Porque lo tuve y ya no lo tengo.

Porque lo recuerdo y lo añoro me lleno de nostalgia y en eso estoy cuando me alieno.

Las cosas dejan de ser lo que tienen que ser: otra vez me pierdo en el bosque.

El bosque está lleno de criaturas y de recuerdos. Está lleno de vos, está lleno de él y de nosotros.

Por su encapsulada atmósfera se filtra todo lo que alguna vez fue y ya no es.

Y como en un útero, ahí viviría por siempre.

Aunque eso ya no sea vivir, sino dejarse morir.